Salón y alcoba
La miniatura siempre ha fascinado la imaginación. Los títeres y los teatrines para jugar en casa han sido los encargados de cultivar mundos de fantasía teatral.
En toda Europa, la tradición de las artes escénicas hechas en casas particulares o en teatros pequeños, también llamados de cámara o de bolsillo, ha sido una constante en la historia del teatro. En Barcelona, durante los siglos XVIII y XIX, era frecuente convertir las alcobas en escenarios. El teatro catalán, como explica Xavier Fàbregas, nació en parte gracias a estos espacios privados de exhibición.
Hoy, las formas minúsculas e íntimas del teatro de objetos, de sombras o de marionetas son una especialidad cada vez más cultivada. Espacios como el Malic o La Puntual han sido y son referencias de los mundos pequeños. También los escenógrafos y directores de grandes montajes recurren a maquetas para explicar y entender los propósitos en la configuración del espacio y de la luz.