IF Barcelona 2022. Cuerpo, objeto, movimiento

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Sostener, impulsar, caer. Las condiciones de posibilidad del movimiento se rigen por la gravedad: indispensable para el equilibrio, para la gracia. Objeto y vulnerabilidad son sinónimos, también en la escena. Como los cuerpos.

El reguero de fuerzas que afectan a los objetos es la constitución de su complejidad: un latido de trazas, líneas y rastros siempre al acecho. Y también es un poso de memoria, una cápsula evanescente.

IF Barcelona, ​​desde su nacimiento, pone en escena la vulnerabilidad de todo equilibrio: desdobla con figuras, enmascara, juega con espejos que multiplican los posibles, tensa los hilos que son tanto la guía del laberinto como la resistencia a la gravedad y en la caída.

En esta quinta edición, la bienal presenta una edición en forma de recapitulación. A lo largo de casi un mes se hilvanan una serie de trayectorias, impulsos y quimeras que, en su madurez, configuran un cobijo desde donde atender a los márgenes. Como los de Elisa Gálvez y Juan Úbeda, de El Canto de la Cabra, que invitan con ‘Gota a gota’ a una celebración de la vida, de la muerte y de los finales, con dos mil hilos que cuelgan del techo y que sostienen arquitectura de la vulnerabilidad. Como Toni Rumbau y su interrogación sobre el Dopplegänger. O como el gran Tadeusz Wierzbicki, demiurgo de la luz, que agrieta los modos en los que hemos mirado hasta ahora.

Constelaciones de fragmentos, huellas, sombras, escuchas y rendijas que, en definitiva, invitan a la vivencia del hecho escénico más esencial y cercano: aquel que, insoslayablemente y ahora, nos interpela.

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