Siempre se ha dicho que las manos son las herramientas más poderosas de los humanos. Para los titiriteros, el ejercicio de las manos oscila entre la rápida transmisión que se manifiesta en el gesto catártico y la lentitud estudiada del control de los movimientos, que nos lleva a la poesía y al distanciamiento del observación meditativa.

Son los títeres de guante los que más beben de la gestualidad íntima y directa de las manos. Esto les garantiza, por regla general, una comunicación inmediata con el público a través del efecto fulminante del gesto. Pero también en los títeres de varilla o en los llamados de mesa, la energía del manipulador se transmite directamente a través de las manos.

Es por ello que las manos son, para los titiriteros, médiums inconscientes que conectan el mundo interior con el exterior. Una realidad que comparten con todos los artistas que utilizan las manos para crear y expresarse.